El siguiente texto es una colaboración de Tamara Medina (@tamyviajes) para ByT. A Tamara la conocimos a través de Instagram, en donde comparte sus viajes y aventuras. Después de haber vivido la experiencia Working Holiday en Australia, Tamara decidió cambiar el curso de su vida y cambió totalmente tanto su trabajo como su forma de ver la vida. Ahora se dedica a enseñar español a personas de todas partes del mundo de modo online, esperando los días para volver a viajar. ¡Conoce aquí su historia!

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Mi nombre es Tamara Medina, soy de Santiago de Chile y tengo 30 años. Hasta los 27 viví en la gran ciudad, hasta ahí nunca cuestioné mucho los pasos que iba dando en mi vida ya que son los que todo mi entorno iba siguiendo. Primero el colegio, luego la universidad y finalmente el trabajo estable, ese que me iba a permitir tener una buena vida en mi país, comprarme un auto, una casa y tener una familia.

Siempre me ha gustado viajar, desde pequeña mi papá me llevaba a diferentes países y lugares dentro de Chile. A medida que fui creciendo empecé a realizar viajes por mi cuenta y con amigos, recuerdo que mi primer viaje con la mochila en la espalda fue a Perú y Ecuador por un mes, sin duda una tremenda experiencia.

Estudié 6 años Ingeniería Civil Industrial en la Universidad Federico Santa María (soy sansana, así nos conocen a los que estudiamos ahí), al principio me costó, sufrí con las malas notas ya que en el colegio siempre fui buena alumna. Por lo mismo pasé por muchos momentos de crisis los primeros años, es difícil saber qué vas a hacer el resto de tu vida. Yo creo que a los 18 años realmente no tenemos idea. La verdad es que antes de salir del colegio nunca sentí una pasión por alguna carrera, pero las matemáticas siempre me gustaron y pensaba que era una buena herramienta para salir al mundo laboral.

Trabajé casi 3 años en Latam Airlines como analista en áreas de finanzas, y si bien aproveché de viajar un montón gracias a los beneficios de la empresa, empecé a sentir que no era feliz en mi día a día, me costaba muchísimo levantarme en las mañanas, me sentía atascada y sin ánimo de nada.

En los viajes que realizaba conocía personas que llevaban meses viajando, que trabajaban en los hostales a cambio de alojamiento y que vivían experiencias increíbles en la ruta, y ahí empezaron mis dudas, ¿por qué yo no puedo hacer eso?, ¿por qué tengo que volver a la oficina?, yo también quería vivir viajando y no solamente ir por un par de días a recorrer y luego volver, quería atreverme a vivir otras experiencias y conocer otras realidades. Sentía que el mundo era muy grande para estar encerrada en una oficina todos los días y que si no lo hacía ahora, después me arrepentiría o sería demasiado tarde.

Mucha gente me apoyó, pero algunos me preguntaban ¿estás segura?, ¿por qué te vas a ir a lavar platos cuándo tienes un buen puesto en una buena empresa?, siempre he respetado las distintas opiniones y consejos, pero la decisión era mía y yo sabía que tenía que hacerlo.

El paso a la Working Holiday en Australia

Hablé con muchas personas que se fueron a Australia con la visa Working Holiday, tomando sus testimonios y mis ganas de vivir nuevas experiencias me motivé y postulé. Luego renuncié a mi trabajo en Santiago, aproveché de viajar unos meses por Europa y Sudamérica para posteriormente partir a Australia. Yo ya conocía Sydney ya que tengo familia allá, por lo que llegué de cabeza a buscar trabajo, luego me preocuparía de explorar los rincones desconocidos.

Los primeros meses fueron increíbles, conocí muchos lugares y personas maravillosas de miles de países. Compartí departamento con cinco chicas en el centro de Sydney, y trabajé en diferentes restaurants, cafés, bares y eventos, principalmente como garzona, bartender y también haciendo jugos y milshakes. Hasta me tocó limpiar baños, pero lo hacía feliz, sentía que el estilo de vida era maravilloso y que un año se iba a hacer nada.

Estuve cinco meses sola, luego motivé a mi pololo (Steffan) a que dejara su trabajo en Santiago y se fuera a vivir la experiencia conmigo. En un momento pensé que no lo haría, pero al igual que yo él también sentía un aburrimiento de la rutina y del estrés laboral que se vive en Chile. Además yo le mostraba lo increíble que era vivir en el país de los koalas y canguros. Dejó su estabilidad de lado y se lanzó a la aventura también, nos juntamos en Nueva Zelanda ya que tenemos una amiga ahí y aprovechamos de conocer un poco de ese país. Luego llegamos a Australia para seguir la experiencia de la Working Holiday, pero esta vez juntos.

Viviendo en el paraíso

Nos fuimos a vivir a Port Douglas, un pequeño pueblo al norte de Australia. Yo trabajaba como garzona y Steffan como dishwasher, también hicimos voluntariados (trabajamos en un barco a cambio de los equipos de snorkel) y en resorts como cleaners y housekeepers.

Ese pueblo es maravilloso, realmente vivíamos en el paraíso. Es un lugar muy turístico ya que es la puerta de entrada a la Gran Barrera de Coral y al Daintree Rainforest, tuvimos la suerte de conocer ambos y de disfrutar de otras actividades en el lugar. Conocimos gente increíble durante los tres meses que estuvimos ahí, primero vivimos en un hostal y luego en un resort, la playa estaba a dos pasos y andábamos en bicicleta para todos lados.

Decidimos vivir ahí un tiempo ya que la idea era que yo extendiera mi visa a un segundo año y así poder quedarnos más tiempo en Australia. Para poder hacer eso te piden trabajar en ciertos lugares y en ciertas actividades por tres meses, en mi caso podía hacer “hospitality” en el norte del país, es decir trabajo relacionado al turismo y al servicio al cliente. Port Douglas está lleno de chilenos y argentinos por lo mismo, es un gran lugar para hacer los días que te piden y así postular a un segundo año de visa.

Disfrutar de la playa, de los atardeceres en el parque, de la bicicleta para ir a todas partes y de las fiestas con los amigos en los bares del pueblo, son sin duda los mejores recuerdos de haber tenido la oportunidad de vivir en ese paraíso australiano.

¿Y si extiendes la visa tu también?

Luego de nuestras aventuras en Port Douglas, estuvimos en Sydney y en Chile de vacaciones unas semanas. Al volver a Australia decidimos que queríamos quedarnos más tiempo aún por lo que Steffan necesitaba aplicar a un segundo año también. Él se fue a Australia con pasaporte italiano, en ese caso no le servían los meses que habíamos trabajado en el norte, si él quería postular al segundo año debía hacer “farm work” es decir trabajar en el campo australiano.

Vivimos tres diferentes experiencias, primero estuvimos en una farm de zapallos italianos, los dueños eran árabes y vivíamos en un camping con puros franceses, la verdad es que duramos como tres días. El trabajo era muy rudo (sacar vegetales del suelo es terrible para la espalda, con suerte me podía mover los días siguientes). Luego llegamos a una de ciruelas que era mucho mejor, nos pagaban por hora, los dueños eran australianos y también vivíamos con puros franceses en un camping.

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Aquí nos tocó hacer poda de árboles además de recoger frutas, sin duda toda una experiencia. Este lugar nos encantaba, pero lamentablemente se acabó la temporada y tuvimos que irnos, lo bueno fue que aprovechamos la oportunidad y nos fuimos a conocer Melbourne por unos días. Finalmente terminamos en un pueblo cerca de Brisbane para poder terminar los días que faltaban para completar los tres meses, ahí llegamos a una farm asiática, vivíamos con chicos de Taiwán, Canadá y Polonia en una casa compartida y recogíamos frutillas del suelo en unos carritos. Jamás pensé que haría estos trabajos en mi vida, pero les juro que fueron tremendas experiencias con excelentes personas que nunca olvidaré.

Planes 2020 y la llegada del Corona Virus

Terminada la farm, decidimos recorrer un poco de la costa este de Australia para luego instalarnos en Sydney de manera definitiva. El objetivo era muy claro: había que quedarse en un lugar y ahorrar para poder ir a Asia el otro año.

Llegamos a vivir a esa ciudad en julio del 2019 y tuvimos la suerte de que ambos encontramos trabajo a la semana, de esa manera empezamos a construir el plan “Asia 2020” (ilusos). En Sydney lo pasamos increíble, disfrutamos de muchos panoramas e hicimos amigos. Nos encantaba la vida que teníamos ahí.

Steffan trabajaba en una warehouse y a veces cuidaba perritos, y yo trabajaba en un estudio de fotos para niños y bebés; ese fue mi mejor trabajo en Australia, lo pasé increíble, aprendí un montón y tuve la suerte de compartir con gente maravillosa y muy diversa.

Durante esos meses en Sydney me di cuenta que si íbamos a Asia y luego volvíamos a Chile la aventura se acabaría ahí, y la verdad es que yo tenía ganas de que siguiera aún más.

Cuando tomé la decisión de ir a Australia siempre pensé que era solamente por un año, que era para vivir la experiencia y que luego había que volver, pero creo que uno se va encantando con este estilo de vida sin monotonía, sin rutina y con tanta libertad. Yo sentí que se me abrió el mundo y que Australia me estaba dando las alas para poder continuar viviendo experiencias en otros países también. Lo conversamos con Steffan y se nos ocurrió el mejor plan: nos vamos a Asia y luego al volver a Chile yo postulo a otra Working Holiday en Europa.

Disfrutamos un montón los nueve meses que estuvimos en Sydney, sabíamos que en algún momento se iba a acabar por lo que aprovechamos lo que más pudimos. Estábamos muy ansiosos por lo que se nos venía el 2020, un viaje de cinco meses por Asia, una pasada por Chile y una nueva Working Holiday.

Luego de tantos meses ahorrando para poder realizar todo eso, lamentablemente llegó el coronavirus. Al principio no le tomamos mucha importancia, pero la verdad es que en marzo la situación se volvió muy difícil. Nosotros en teoría nos íbamos los primeros días de abril a Asia.

Nos quedamos sin trabajo, las fronteras se cerraron, se me acababa la visa y pagar una de estudiante era caro, había mucha incertidumbre y nos asustamos, ir a Asia era imposible y en Europa estaba la escoba, por lo que con mucha frustración decidimos volver a Chile a esperar que pasara la tormenta.

La posibilidad de reinventarse

Este año ha sido rudo para todos, personalmente llegar a Chile en estas condiciones se me hizo muy difícil, el futuro más incierto por delante, el viaje a Asia en la maleta y las ganas de seguir con otra Working Holiday intactas, pero ya no dependía de nosotros.

He intentado postular a las visas de Alemania y Suecia, pero no se ha podido, espero que en el 2021 lo logramos y lleguemos al viejo continente, pero en estos momentos nadie sabe qué pasará.

Sin embargo, estos meses en Chile me he dedicado a ser tutora de español para extranjeros online, un desafío que jamás hubiera tomado si no fuera por todo lo que he vivido estos años y por las ganas de seguir viviendo experiencias. Me hace muy feliz enseñar nuestro idioma y ayudar a los extranjeros, tengo alumnos de muchos lugares del mundo y de a poco estoy haciendo crecer este mini proyecto. Me siento muy orgullosa de haber creado algo diferente incluso estando acá en Chile, y poder seguir de cierta forma y en este contexto de pandemia, un estilo de vida similar al que tenía en Australia. De alguna manera he seguido viajando este año.

Yo en un momento me llegué a arrepentir de haber estudiado ingeniería, esos años en Australia me hicieron sentir que debería haber salido al mundo mucho antes de los 27 y que podría haber sido fotógrafa, bailarina, guía turística o cualquier otra cosa. Pero ahora me gusta ver mi carrera como una gran herramienta, ahora me doy cuenta que nunca es tarde para buscar nuevas oportunidades y que solamente depende de mí hacer cosas que me llenen el alma.

Yo ya no soy la misma, gracias a lo que he vivido he crecido un montón y ahora me conozco mucho más, sé las cosas que quiero y que me motivan. Agradezco haberme atrevido a dejar mi trabajo en Chile hace tres años, si bien las experiencias son muy personales hoy me atrevo a decir que una Working Holiday puede cambiarlo todo.